Hoy en día, no mucha gente puede estar familiarizada con una operación militar estadounidense de principios de la década de 1960 llamada «Starfish Prime». Los detalles son fascinantes, pero aquí está la versión corta: sobre un Refugio Nacional de Vida Silvestre remoto en el Océano Pacífico, lanzaron una ojiva termonuclear de 1,4 megatones y la detonaron aproximadamente a la altitud donde hoy la ISS orbita la Tierra (por supuesto, la ISS aún no se construyó, pero muchos de los primeros satélites sufrieron daños).
Cerca de 1,000 millas de distancia, la gente en Hawái experimentó interrupciones telefónicas cuando cientos de luces de las calles se apagaron y otros sistemas eléctricos se comportaron de manera errática. Estados Unidos se había atacado a sí mismo sin darse cuenta con un pulso electromagnético, o «EMP».
Fue un momento de aprendizaje importante. Las armas nucleares crean un EMP, pero con el uso convencional, el área afectada por el pulso también sería inmediatamente destruida por la explosión explosiva. Starfish Prime demostró que un dispositivo nuclear a gran altura podría crear un EMP con un área de efecto tremenda y, lo que es más importante, sin diezmar un área poblada en el proceso.
Han sucedido dos cosas significativas en las décadas posteriores: primero, el mundo se ha vuelto cada vez más dependiente de los dispositivos electrónicos. En segundo lugar, los investigadores han descubierto cómo crear un EMP sin usar un arma nuclear. Entonces, cómo funciona todo?
El desglose de un EMP
El electromagnetismo es una fuerza única responsable de fenómenos que incluyen la carga eléctrica y el tira y afloja de los imanes. En términos simples, el flujo de electricidad puede generar un campo magnético y un campo magnético cambiante puede generar una corriente eléctrica. Un EMP es esencialmente un campo magnético muy poderoso y dirigido que pasa sobre un área. A su paso, interactúa con materiales conductores y provoca cortocircuitos y subidas de tensión.
Muchas cosas se pueden incluir bajo el paraguas de «materiales conductores». Los semiconductores son un ejemplo obvio. Estos chips, que son fundamentales para controlar todo, desde teléfonos y automóviles hasta misiles guiados y la red eléctrica, se han vuelto cada vez más pequeños y dependen de componentes de precisión más delgados y delicados para funcionar. Un EMP puede abrumar estos componentes, destruyéndolos por completo.
Otros materiales conductores de importación pueden ser menos obvios. La infraestructura crítica enterrada, como líneas eléctricas, tuberías y conductos, puede cargarse desde un EMP. Esta carga luego fluirá por el camino de menor resistencia hasta que se descargue por completo, lo que podría significar sobrecargar cosas como generadores que ni siquiera estaban dentro del rango del radio de explosión EMP.
Si bien hay formas de protegerse contra una explosión EMP, estos métodos son generalmente costosos, poco prácticos o ambos para la mayoría de las aplicaciones cotidianas. Aunque las armas EMP a veces se promocionan como alternativas no destructivas y no letales, la realidad es que el caos que desencadenarían (hospitales sin electricidad, sin semáforos, pérdida de los controles del avión en pleno vuelo) sería devastador.
¿Cómo se genera un EMP?
Las primeras armas EMP fueron armas nucleares, siendo el pulso más un efecto secundario que el propósito principal. Cuando un dispositivo nuclear detona, genera, entre otras cosas, una cantidad increíble de radiación de alta energía llamada rayos gamma. Estas ondas energéticas vuelan hacia afuera desde la explosión y comienzan a eliminar los electrones de las moléculas de aire en la atmósfera circundante. Esta burbuja de aire ionizado genera un poderoso pulso magnético que se dispara a la velocidad de la luz, causando estragos en la electrónica.
Un EMP no nuclear puede ser un dispositivo mucho más pequeño, ya que elimina la radiación gamma y la ionización de la atmósfera. En su lugar, imagina un tubo de metal cerrado con un cartucho de dinamita dentro. Envueltos alrededor del tubo, pero sin tocarlo, hay alambres enrollados con una corriente eléctrica constante proporcionada por capacitores. Cuando la dinamita explota, las piezas del tubo de metal entran en contacto con los cables, interrumpiendo la corriente.
Por supuesto, la realidad de un EMP más grande es un poco más complicada, pero cuando esta detonación se puede controlar y dirigir adecuadamente, resultará en una explosión de EMP. Los EMP pueden sonar como un éxito de taquilla de acción: aparecieron en «GoldenEye» y «Ocean’s Eleven», pero la ciencia detrás de ellos es sólida. Al igual que los láseres montados en camiones, estas armas de ciencia ficción son reales y devastadoras.