El litio es actualmente el elemento más utilizado para fabricar baterías, lo que también explica por qué la investigación se centra en este metal alcalino blando y sus derivados para fabricar mejores baterías. A principios de esta semana, el Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de EE. UU. anunció el desarrollo de una batería de litio-aire que se basa en un electrolito sólido en lugar de un material líquido para lograr una densidad de dos a cuatro veces mayor que la de las baterías normales. Sin embargo, hay una cantidad finita de litio, y extraerlo tiene un costo ambiental enorme, lo que significa la necesidad de alternativas.
Científicos en el Universidad Tecnológica de Viena afirma haber logrado un gran avance con una nueva batería de iones de oxígeno que no solo es extremadamente duradera sino que también ofrece una mayor longevidad. La mayor ventaja aquí es que, a diferencia de la degradación química que se observa en las baterías a base de litio, la batería a base de oxígeno puede regenerar su capacidad de almacenamiento, lo que promete una longevidad mucho más prolongada. A medida que el oxígeno se pierde debido a reacciones secundarias, simplemente puede ser absorbido de la atmósfera, asegurando que las unidades químicas responsables de transportar la carga y, por lo tanto, la corriente eléctrica, puedan reponerse sin mucho problema.
El almacenamiento de energía a gran escala se vuelve renovable
La batería en cuestión está hecha de materiales cerámicos, que capturan y liberan iones de oxígeno cargados negativamente para crear un flujo de corriente cuando hay voltaje eléctrico. Uno de los beneficios de ser de cerámica es que no son inflamables. Los vehículos eléctricos, por otro lado, tienen un conocido problema de incendio de la batería, e incluso un líder de la industria como Tesla no ha podido resolverlo por completo. Otra ventaja clave de la última innovación en baterías es que no emplea elementos de tierras raras, lo que atenúa aún más cualquier impacto ambiental potencial.
En lugar de cobalto o níquel, el prototipo actual de la batería de iones de oxígeno se basa en lantano, que es menos finito pero aún limitante, pero ya se están realizando investigaciones para reemplazarlo con algún otro material que esté más fácilmente disponible. El único inconveniente es que, tal como está, la batería de iones de oxígeno no puede ofrecer la misma densidad de energía que las baterías de iones de litio. El equipo ha patentado la tecnología de batería de iones de oxígeno y señala que no es la mejor solución para teléfonos inteligentes o vehículos eléctricos, pero puede servir como un método extremadamente eficiente para el almacenamiento a gran escala, como el aprovechamiento de la energía eólica o solar.