El embargo petrolero de 1973 fue una tremenda amenaza para la industria automotriz estadounidense. Ocurrió cuando las naciones árabes bajo la Organización de Países Exportadores de Petróleo impusieron recortes importantes a la importación estadounidense de petróleo en respuesta a su relación con Israel. Algunas de las empresas más exitosas, sin embargo, tienen una forma de convertir las situaciones difíciles en oportunidades. Esto es exactamente lo que hizo Cadillac con su icónica Sevilla.
El Sevilla llegó por primera vez en mayo de 1975 y fue en contra de lo que ofrecían los autos de lujo competitivos en ese momento. Cuanto más grande, más poderoso y con mayor consumo de gasolina, mejor, era la forma de pensar de muchos en ese momento, pero el exceso no siempre paga. Los autos de lujo no son conocidos por su practicidad, pero el embargo de petróleo tendría un efecto tan devastador que el Sevilla parecía ser el camino a seguir para Cadillac (aunque hoy en día es un modelo un poco menos conocido).
Así es como el Sevilla se adaptó de manera única a esta problemática situación global, así como también cómo la crisis lo hizo necesario en primer lugar.
La crisis del petróleo de 1973 y el auge del Cadillac Sevilla
Las medidas tomadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo fueron una respuesta al apoyo estadounidense a Israel durante la guerra árabe-israelí de ese año. El embargo pretendía ser un golpe financiero, y sin duda fue uno potente para los Estados Unidos, que dependía en gran medida de los suministros del ahora muy caro petróleo en el extranjero. El dólar se debilitó a medida que la inflación empeoró, en lo que el Departamento de Estado de EE. Oficina del Historiador consideró «una decisión para permitir que el dólar estadounidense flote libremente en el mercado internacional».
Como resultado, la administración del entonces presidente Richard Nixon se dispuso a negociar un acuerdo. El resultado fue el Primer Acuerdo de Retirada de Egipto-Israel de enero de 1974, y la crisis terminó tres meses después, pero tendría un profundo efecto a largo plazo. Por un lado, se introdujo la Reserva Estratégica de Petróleo, con espacio informado para unos 714 millones de barriles.
Para Cadillac, las secuelas de la crisis presentaron una oportunidad única: la oportunidad de desarrollar un automóvil de lujo que se adaptara mejor a este nuevo mundo de suministros de petróleo más tenues, uno que no fuera tan monstruosamente grande o voraz de combustible.
El Cadillac Sevilla: ¿Cuando el lujo se encuentra con la practicidad?
Ya sea por razones de conservación de combustible, porque eran más baratos de operar, o por ambas cosas, los consumidores sentían la necesidad de automóviles que no fueran gigantes que devoraran gasolina en estos tiempos difíciles. Cadillac, maestro de todas las cosas gigantes como eran (incluso su Cadillac Fleetwood Sixty Special Brougham de 1976 tiene un peso en vacío de 5357 lb o 2430 kg), lo reconoció. Así nació el Sevilla.
El plan, al parecer, era crear una solución sin comprometer el elevado estatus de Cadillac y seguir siendo competitivo. Aproximadamente 71,8 pulgadas de ancho y 204 pulgadas de largo, el Sevilla original está lejos de ser un vehículo ligero, pero cuenta con un motor V8 y Según los informes, tiene una velocidad máxima de 116 mph.
Se vendieron alrededor de 45.000 unidades del modelo Sevilla original durante su año de debut en el mercado, una impresionante prueba de concepto para la empresa. La familia Sevilla no fue diseñada para tener un aspecto llamativo, pero esto no significa que no dejó una impresión. En diciembre de 1979, Valerie Garrett dijo Los New York Times«Dondequiera que voy, en la autopista, en el vecindario, la gente mira el auto y dice: ‘¡Guau!'». Su precio premium (el modelo de 1980 costaba $20,000) le otorgaba un estatus de lujo, al tiempo que demostraba que la compañía podía satisfacer las necesidades de un mundo cambiante y las necesidades y actitudes de los consumidores.